"Yo pensaba en Judas Iscariote,
de quien un ingenioso autor dice que traicionó a Jesús precisamente porque
creía ilimitadamente en él: estaba impaciente por ver el milagro con el que
Jesús pondría en evidencia ante todos los judíos su poder divino; por eso lo
entrego, para provocarlo y hacerlo actuar de una vez: lo traicionó porque
deseaba acelerar su triunfo".
"... y le dio lástima, porque sabía que la satisfacción que dan los hijos
no puede reemplazar a otras satisfacciones y que además una satisfacción que
tiene la obligación de cubrir el puesto de otras satisfacciones se convierte
rápidamente en una satisfacción demasiado cansada".
"La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad.
El futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el
pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por
eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro
solo para poder cambiar el pasado".
"... la belleza es una chispa que arde cuando, a través de la distancia de
los años, de repente se tocan dos edades. Que la belleza es una ruptura de la
cronología y una rebelión contra el tiempo".
"Tengo unas ganas tremendas de marcharme. Pero ¿adónde? A algún sitio en
el que las cosas sean ligeras como la brisa. Donde las cosas hayan perdido su
peso. Donde no haya reproches".
"Sintió en su boca el suave
olor de la fiebre y lo aspiró como si quisiera llenarse de las intimidades de
su cuerpo. Y en ese momento se imaginó que ya llevaba muchos años en su casa y
que se estaba muriendo. De pronto tuvo la clara sensación que no podría
sobrevivir a la muerte de ella. Se acostaría a su lado y querría morir con
ella. Conmovido por esa imagen hundió en ese momento la cara en la almohada
junto a la cabeza de ella y permaneció así durante mucho tiempo... Y le dio
pena que en una situación como aquella, en la que un hombre de verdad sería
capaz de tomar inmediatamente una decisión, él dudase, privando así de su
significado al momento más hermoso que había vivido jamás (estaba arrodillado
junto a su cama y pensaba que no podría sobrevivir a su muerte). Se enfadó
consigo mismo, pero luego se le ocurrió que en realidad era bastante natural
que no supiera que quería: El hombre nunca puede saber que debe querer, porque
vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni
de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de
comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación
alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor
representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿qué valor puede tener la
vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece
un boceto. Pero ni un boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre
un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que
es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro."
"Tener compasión significa saber vivir con otro su desgracia, pero también
sentir con el cualquier otro sentimiento: alegría, angustia, felicidad, dolor.
Esta compasión significa también la máxima capacidad de imaginación sensible,
el arte de la telepatía sensible; es en la jerarquía de los sentimientos el
sentimiento más elevado".
"Pero ¿un acontecimiento no
es tanto más significativo y privilegiado cuantas más casualidades sean
necesarias para producirlo? Solo la casualidad puede aparecer ante nosotros
como un mensaje. Lo que ocurre necesariamente, lo esperado, lo que se repite
todos los días, es mudo. Solo la casualidad nos habla. Tratamos de leer en ella
como leen las gitanas las figuras formadas por el poso del café en el fondo de
la taza".
"No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si
el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia el desde el
primer momento, como los pájaros hacia los hombros de San Francisco de
Asís".
"Y es que de pronto se dio cuenta de que era mera casualidad el que Teresa
lo amase a él y no a su amigo Z. Se dio cuenta de que, además del amor de ella
por Tomás, hecho realidad, existe en el reino de lo posible una cantidad
infinita de amores no realizados por otros hombres. Todos consideramos
impensable que el amor de nuestra vida pueda ser algo leve, sin peso; creemos
que nuestro amor es algo que tenía que ser; que sin el nuestra vida no sería
nuestra vida (...) La historia del amor de su vida no iba acompañada del sonido
de ningún "es muss sein!", sino mas bien por el de "es konnte
auch anders sein": también podía haber sido de otro modo".
"Sabe que se ha convertido en una carga para él: se toma las cosas
demasiado en serio, por cualquier cosa hace una tragedia, no es capaz de
comprender la levedad y la divertida intrascendencia del amor físico".
"Todos tendemos a considerar la fuerza como la culpable y la debilidad
como víctima inocente. Pero Teresa ahora lo comprende: en su caso ha sido al
revés! Hasta en sus sueños, como si conociesen las únicas debilidades de ese
hombre fuerte, le mostraban los sufrimientos de Teresa para hacerlo huir en
retirada! Su debilidad era agresiva y le obligaba a constantes rendiciones,
hasta que por fin dejo de ser fuerte y se convirtió en un conejito en su
regazo".